jueves, 9 de mayo de 2013

Sin tesis

Son muchas las voces que insisten en la importancia de las experiencias tempranas.

Nacemos con un potencial que tiene la capacidad de desplegarse para desarrollar nuestras habilidades innatas.

Muy pronto empiezan las interferencias a esa potencialidad humana.
Nos visten con creencias y estereotipos poniéndonos máscaras que ocultan nuestro verdadero rostro.
Nos cuentan historias instalándonos en el inconsciente un mapa mental. 
Nos privan de conocer las emociones auténticas ahogando la expresión del Ser en su existencia.



Hemos oído muchas veces eso de que "la persona que no conoce su historia está condenada a repetirla" y opino que tiene su parte de razón
Pero a la vez nos cuentan "la historia" y eso nos  condena a repetirla... una y otra vez... la misma "historia", la misma rueda... 

¿Dónde estás co-razón?




Repaso un trocito de la historia que sabemos y que no sabemos, que nos han contado o no nos han contado.

Aunque viene de más lejos, cuentan que... [...]la reforma protestante marcó los valores de la burguesía (comedimiento, autocontrol, ahorro, rechazo por la sensualidad...).
Se dice que a finales del siglo XIX un gran número de intelectuales y artistas comenzaron a rebelarse contra estos valores burgueses, de tal forma que surgió un movimiento que suele llamarse "Modernidad". Constituyó el origen de una nueva ética que fue generalizándose a lo largo del siglo XX. Estos valores enfatizaban el valor de la experiencia presente, particularmente el de las sensaciones, así como la ruptura de los usos y conductas apoyados en la tradición.
Paralelamente, sobre todo en los Estados Unidos, surgieron numerosos movimientos de protesta ciudadana, reivindicando la igualdad de derechos y sustanciales cambios en la calidad de vida de ciertos sectores de la sociedad, como las mujeres, los niños y los enfermos mentales hospitalizados.

Uno de estos movimientos dio lugar a campañas de higiene mental. Otros, más espirituales como el New Thought (Nuevo Pensamiento) tuvieron una incidencia más específica en el Movimiento Humanista de los años 60 y también en lo que actualmente conocemos como New Age.

La higiene mental constituía una fuerte reivindicación a los derechos civiles de los enfermos mentales hospitalizados en los Estados Unidos a finales del XIX y se extendió por Europa al término de la 1ª GM como respuesta al enorme incremento del "Trastorno de estrés postraumático".

Habia una gran optimismo sobre su curabilidad en el ámbito médico-psiquiátrico derivado de una incorrecta interpretación estadística que se había popularizado.
Se hicieron grandes campañas publicitarias. Unas con directrices morales, otras informativas.
El ciudadano se fue familiarizando con todas estas cuestiones y la 2ª GM contribuyó a que aún se aumentara su divulgación. Las instancias políticas hicieron un gran despligue mediático.

Hubo fuertes oscilaciones de posicionamiento de valores y creencias. Las enormes fuerzas de las tradiciones racionalistas del positivismo se veían matizadas por corrientes de pensamiento pragmático.

Antes de la gran depresión del 29 la moral calvinista sufrió una recesión.

Con la crisis del 29 el optimismo que impregnaba la vida social y la cultura de los países industrializados retrocedió y volvió a colocarse en opciones morales más próximas a los planteamientos calvinistas, resurgiendo de esa forma idearios netamente racionalistas.

La recuperación económica de este crack y de la devastación de la 2ª GM motivó la aparición de un movimiento romántico que reivindicaba la espontaneidad y exaltaba el presente, el papel de lo vivencial y las relaciones no formales.
En EEUU... la contracultura hippie y el apogeo de psicoterapias experienciales.
En Europa... las críticas procedentes del existencialismo y la antipsiquiatría.

De nuevo la inestabilidad económica de los 70 y las crisis del petróleo hacen desaparecer ese movimiento romático y el mundo se embarca en una creciente globalización. Una profunda polifonía ideológica de ética mayoritariamente autopermisiva, con un único valor universal contractual y egocéntrica en las relaciones individuo/grupo.

(del libro Introducción a las terapias existenciales y constructivistas. Rojí, B. (2005))



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